Una anécdota que ya es categoría

 

“La expansión general de la luz de la ciencia ha descubierto ya a todos los verdad evidente de que la Humanidad no ha nacido con sillas en la espalda, ni unos pocos privilegiados con botas y espuelas, dispuestos a cabalgar legítimamente sobre ella por la gracia de Dios”. Jefferson (con motivo del Día de América, 24 de junio de 1826).

A la casa (i)rreal española, que debe de tener al  enemigo en La Zarzuela, o al régimen totalitario sanchista, por medio del okupado Banco de España, no se les ha ocurrido otra cosa que mostrar en estos días aciagos para Valencia y para España, sumidos en un lodazal de catástrofe y corrupción, que mostrar dos fotos del Jefe del Estado y de su esposa, que nos han costado a los españoles la friolera de 139.000 euros, y otros gastos, es decir, posiblemente cerca de los 200.000 euros.

Sí, es verdad, es el chocolate del loro, el problema es que hay tantos loros, que al final no va a quedar chocolate para los que pagamos el  dispendio.

Y no me referiré, aunque debería hacerlo, a que haya que buscar a una fotógrafa extranjera, siempre con ese complejo de inferioridad de los Borbones, que les lleva a buscar en el extranjero los buenos fotógrafos que tenemos en nuestra Patria.

Pero claro, cuando se maleduca a las hijas en un colegio masón, se mendiga la entrada en la Orden de la Jarretera, o se habla inglés en palacio, como dicen sucedía con Juan Carlos y Sofía, cuándo todavía convivían, y hasta se hablaban, pasan estas cosas…

No voy a comentar o criticar las fotos, pues carezco de conocimientos para ello, aunque Leticia me ha parecido más una cabaretera, o Cruella de Vil, que otra cosa.

Y Felipe VI me parece distante, casi tétrico, con ese fondo oscuro, que presagia el próximo final de su reinado, o más bien de los Borbones en España.

¿Con qué cara volverán a Valencia, a hacerse la foto, cuándo se malgasta el dinero público en chorradas y ocurrencias, de serviles lacayos, que luego serán los primeros en arrinconar o destruir esas fotografías…?

No he visto a nadie de la familia real arrimando el hombro en Valencia.

Lo suyo es el lujo, los cócteles, los viajes, el dispendio y derroche.

Una monarquía solo tiene razón de ser cuando es nacional, está con el pueblo, y sirve al pueblo.

De vividores, trepas y corruptos, los españoles ya estamos bien servidos.

En fin, y como todos los días, me levanto monárquico, por aquello de la estabilidad, pero a lo largo del día me voy haciendo republicano.

Los hechos, por desgracia, me dan la razón.

 

Ramiro Grau Morancho

Académico, jurista y escritor

https://www.graueditores.com

Ramiro Grau Morancho