Con permiso de su autor, reproducimos el artículo del profesor José-Luis Orella Martínez publicado originalmente en www.ladialecticanacional.es el 02-09-2020.

Los hechos decisorios que ayudaron al fin del comunismo, fueron el 16 de octubre de 1978, proclamación de Juan Pablo II, como Papa de la Iglesia católica, y el 14 de agosto de 1980, inicio del movimiento patriótico-sindical de Solidaridad.

En 1970 las malas condiciones de vida favorecieron revueltas obreras que terminaron con la masacre de Gdynia, con 39 asesinados. Władysław Gomułka, será sustituido por Edward Gierek, quien iniciará una política de endeudamiento exterior que inicialmente favorece un aumento artificial del nivel de vida. En 1980 los salarios han caído en picado y los productos básicos se han elevado a cotas inaccesibles para los trabajadores.

El 14 de agosto de 1980 los 17.000 trabajadores de los astilleros Lenin de Gdansk se sumaron a la huelga iniciada en protesta por el despido de Anna Walentynowicz, una operadora de grúa con 30 años de experiencia en la factoría a punto de jubilarse. La razón de su despido es su activismo como miembro del clandestino Sindicato Libre de la Costa, dependiente del KOR, era el inicio de un movimiento de masas con el nombre de Solidaridad.

El director del astillero anunció subidas de los salarios para afrontar el ascenso del nivel de vida, la readmisión de Lech Wałęsa, despedido en 1976 y la de Anna Walentynowicz. Sin embargo, parte de la plantilla mantuvo su actitud rebelde y exigieron un programa de puntos que excedía de las reivindicaciones laborales hacia las políticas, reivindicando el fin de la censura, la libertad de los presos políticos y el derecho a la formación de sindicatos independientes del régimen. El cardenal Wyszynski hizo pública una carta del papa donde expresaba el deseo a “defender el derecho inviolable del pueblo polaco a su propia vida”. Desde todos los puntos de la geografía polaca, los trabajadores industriales y mineros empezaron a solidarizarse con los trabajadores de los astilleros de Gdansk.

Lech Wałęsa, se convertirá en un líder carismático y su sindicato clandestino en un movimiento nacional representativo de la sociedad polaca, al reunir diez millones de miembros. Aquella organización sumaba trabajadores industriales, mineros, agricultores, autónomos y estudiantes. Solidaridad era un árbol que agrupaba a diferentes asociaciones y disponía de sus propios medios de comunicación. El apoyo de la Iglesia será fundamental para la supervivencia del sindicato. El cardenal Wyszynski será providencial para Solidaridad, porque la Iglesia sirvió de amortiguador entre Solidaridad y la dictadura, a través de numerosos sacerdotes que canalizaron la acción por vías de protesta pacífica, eludiendo siempre la confrontación armada.

En 1981, se nombró como primer ministro al general Wojciech Jaruzelski, que será quien aplique la ley marcial. El 13 de diciembre de 1981, se proclamó el Estado de excepción, ilegalizando Solidaridad, deteniendo a cinco mil de sus cuadros y causando la muerte de unas doce personas. El 19 de octubre de 1984, el padre Jerzy Popiełuszko, sacerdote famoso por sus sermones apasionados contra el régimen comunista, y que había destacado por sus Misas de campaña en apoyo de Solidaridad, fue torturado y asesinado por miembros de del servicio de inteligencia del Ministerio de Interior (Służba Bezpieczeństwa SB). Más de 250.000 personas se congregaron en su funeral. En 1989 serán tres sacerdotes más, los que mueran asesinados por el SB, por su vinculación con la defensa de los Derechos Humanos. Los sacerdotes fueron Stanisław Suchowolec, de la diócesis de Białystock; Sylwester Zych, de la diócesis de Krynica Morska y Stefan Niedzielak, de la de Warsaw.

Las autoridades comunistas desacreditadas y con una URSS en plena Perestroika, donde Mijaíl Gorbachov​ puso fin al periodo de soberanía limitada que la URSS había ejercido hasta aquel momento. Las negociaciones, entre gobierno y Solidaridad, permitieron la reforma de la Constitución, y que se convocasen elecciones el 4 y 17 de junio de 1989. Eran las primeras elecciones libres que se realizaban en el mundo comunista. El 24 de agosto de 1989, se formó el gobierno de Tadeusz Mazowiecki, con comunistas en sus puestos principales, pero por primera vez, encabezados por un intelectual católico contrario al régimen totalitario.

José Luis Orella