El que fuera director del principal centro de interrogatorios y torturas de los Jemeres Rojos, Kaing Guek Eav, ha fallecido este miércoles a la edad de 77 años, en Phnom Penh, la capital de Camboya.
En un comunicado oficial, las autoridades de las Cámaras Extraordinarias en la Corte de Camboya (ECCC), tribunal especial instituido para juzgar a los responsables del genocidio han anunciado que “Duch – el sobrenombre por el que era conocido – ha fallecido a las 12:52 horas de la mañana (hora local) del 2 de septiembre en el Hospital de la Amistad Jemer Soviética en Phnom Penh”.
Duch estuvo al frente de la tristemente célebre prisión S-21, convertida hoy en museo del genocidio camboyano, por donde pasaron más de 12.000 personas.
Duch fue el primer comandante de los Jemeres Rojos en ser juzgado por un tribunal respaldado por Naciones Unidas , siendo condenado a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad en 2012, dos años después de que se dictara la sentencia y el tribunal rechazase su apelación.
Concluye la noticia publicada por Europa Press señalando que ante la inminente caída de Phnom Penh en 1979 con la llegada del Ejército de Vietnam, Duch huyó con su familia y se ocultó bajo otra identidad, llegando incluso a impartir clases de matemáticas en la década de los 90. Sin embargo, afirma la Agencia, una entrevista en 1999 acabó motivando su detención.
Sobre esto último se dan pocos detalles, y entendemos que merece una explicación más profunda.
En una de las últimas entrevistas a Pol Pot antes de su muerte el 15 de abril de 1998, éste negó que el S-21 hubiese existido y afirmó que todo había sido una invención de los vietnamitas para desprestigiar su régimen. Dicha declaración indignó a Duch, quien habló con el periodista británico Nic Dunlop y confesó la existencia de S-21 y sus propios crímenes, de los cuales se sentía arrepentido. La publicación de la historia de Thayer hizo que la policía camboyana arrestara a Duch el 9 de mayo de 1999.
Duch fue conducido a la prisión militar de Phnom Penh, pero no se le siguió ningún proceso penal. Sin embargo, el tribunal militar llenó varios cargos en su contra como crímenes contra la seguridad nacional, genocidio, crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y, finalmente, crímenes contra personas protegidas.
Entre tanto, la discusión entre Naciones Unidas y el gobierno camboyano del primer ministro Hun Sen se prolongó durante tres décadas para establecer un tribunal internacional mixto que pudiera juzgar los crímenes de los Jemeres Rojos. Aprobado y establecido por fin el tribunal en 2005, se formalizó el arresto de Duch el 31 de julio de 2007, día en el cual fue trasladado de la prisión militar al centro de retención del tribunal internacional de Camboya. En febrero de 2008, como parte del procedimiento legal del tribunal, Duch fue llevado al lugar de los crímenes en Tuol Sleng con su consentimiento. En un acto que conmovió a los presentes, pidió perdón a las víctimas y dijo antes de romper en llanto:
“Les pido perdón… sé que no pueden perdonarme, pero les pido dejarme la esperanza de que puedan”.
Una de las víctimas sobrevivientes de S-21 y que asistió a la visita de Duch a la antigua prisión, gritó:
“He aquí las palabras que había añorado oír desde hace 30 años”.