Primer país comunista de Europa

 

Estos últimos días del 2020, los españoles asistimos impávidos, acobardados, y me atrevería a decir que estupefactos, al cambio de régimen, de forma que pasaremos de ser un “Estado social y democrático de Derecho”, como predica la Constitución, a ser el primer país comunista de Europa, tomando el relevo de la vieja Albania, y en clara competencia con Rusia.

La aprobación de los presupuestos generales del Estado para 2021 por un conglomerado de once partidos y partidas, varios de ellos separatistas, proetarras y enemigos de la unidad e integridad territorial de la Patria, suponen, de facto, la ruptura con el régimen monárquico anterior, con un Rey prácticamente recluido en régimen de prisión domiciliaria en La Zarzuela, al que el desgobierno actual prohíbe asistir a actos que debería presidir, como la entrega de despachos a los nuevos Jueces, que van a administrar Justicia en su nombre, como Jefe del Estado que todavía es.

Se trata de que quede claro, para propios y extraños, quien manda aquí…

Un presidente del gobierno literalmente desbordado por la situación, en manos de su principal aliado, Podemos, el partido chavista de España, que son quienes realmente mandan, de forma que el vicepresidente segundo del gobierno en realidad actúa en funciones de primer ministro, y el presidente figurante intenta ser el presidente de una inexistente república de un también inexistente estado federal.

¡Vamos, que esto es el coño de la Bernarda, una auténtica casa de putas, por la total desorganización, coexistencia, no siempre pacífica, de diecinueve “miniestados” distintos, más el Estado central!

Han acuñado el término “cogobernanza”, que no está en la Constitución, ni realmente existe en un estado autonómico, pues no se trata de un estado federal, sino de dos ciudades autónomas, Ceuta y Melilla, y diecisiete “autonosuyas”, algunas de las cuales se califican como regiones, y otras como nacionalidades históricas.

Y en algunos casos, Cataluña y el País Vasco, básicamente, no solo históricas, sino también histéricas, por su constante enfrentamiento con el Estado español, que es precisamente el que reconoce su autonomía, les transfiere competencias, da dinero para que puedan malgastarlo en lo que les dé la gana…, mientras ellos no paran de pedir y pedir, como el hijo mal criado, que es incapaz de trabajar, pero que siempre quiere más dinero, para poder malgastarlo.

El presidente, aparente, del gobierno, actúa cual presidente de república, coordinando -es un decir- a los 19 entes territoriales, todos y cada uno de los cuales hacen lo que les da la gana, en clara contraposición y contradicción entre ellos…

En definitiva, la Torre de Babel podría estar perfectamente en la España actual, y no desentonaríamos nada, en absoluto:

  • Se persigue la lengua española, ¡en España!, fomentando los idiomas vernáculos, algunos claramente inventados, o resucitados.
  • No se reconoce la propiedad privada, y resulta que los okupas tienen “más derechos” que los inquilinos que pagan religiosamente sus alquileres, o que los propios propietarios.
  • El gobierno riega con “generosas” ayudas sociales a todos los residentes, especialmente si son extranjeros, inmigrantes, personas sin legalizar, o sin ganas de trabajar, etc., mientras se abandona a los nacionales de origen a su suerte, a su mala suerte.
  • La fiscalía general del Estado está okupada por el gobierno, que ha nombrado fiscal general del gobierno, que no del Estado, a su ex ministra de justicia, pasando de un cargo a otro, sin solución de continuidad.
  • Asimismo el Consejo de Estado es presidido por una ex vicepresidenta del gobierno de Zapatero, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia es una ex asesora de Pedro Sánchez, el Defensor del Pueblo en funciones es un político socialista, etc.
  • En definitiva, todo el poder es ocupado por ese conglomerado o partido único, formado por los comunistas de Podemos y los “socialistos” de la PSOE, en un papel meramente secundario, de meros figurantes, empezando por el que dice ser presidente del gobierno, pero que en realidad no lo es…

¡Si esto no es el chavismo, el comunismo, que venga Dios y lo vea!

Españoles de a pie, compatriotas, despierten, antes de que sea demasiado tarde.

Que, posiblemente, ya lo es.

 

Ramiro GRAU MORANCHO

Abogado y escritor

Ramiro Grau Morancho