Van más de 500 muertos. Más de cinco centenares de personas muertas, con el consiguiente dolor que cada pérdida humana conlleva. Algo terrible y dramático. También es algo terrible que haya que empezar esta entrada poniendo los muertos en la primera línea, como un macabro argumento que muchos necesitan para dejar los memes chorras, las conspiraciones, los videos de cachondeo y demás parafernalia festiva.
Que sí que hay que quitar hierro al asunto, pero a nadie se le ocurrió ( bueno alguno habría, siempre hay un imbécil de guardia ) cuando sucedió la tragedia de Biescas o alguno de muchos atentados que hemos sufrido en España por poner dos ejemplos, ponerse a decir paridas. El decoro existe, y la empatía también, practíquenlas, no engordan y se sentirán mejor.Garantizado.
La situación es más que seria y determinadas actitudes son hirientes para tantos que hoy sufren y viven en el dolor y la angustia. Sobran las gilipolleces.
Es casi imposible negar a estas alturas que el retraso de medidas contundentes como el estado de alarma ( o excepción o decepción o…para este caso me da lo mismo) el cierre de bares, de colegios, de universidades, fronteras etc…., es responsabilidad de un gobierno que desde el primer día se ha caracterizado por la obsesión de imponer una agenda, su agenda, ideológica a la sociedad española, dejando de lado la precaución, olvidando la responsabilidad y despreciando el bien común.
El #8M se tenía que celebrar sí o sí, aquí ni iba a pasar como Italia ( por lo visto los españoles somos biológicamente diferentes y nos hicieron creer inmunes ) ni menos lo de China. ¡Ojo por el otro lado! Con Vistalegre pasó lo mismo, demostrando eso de que los polos opuestos al final son dos caras de una misma moneda.
El cuasi colapso, hoy 21 de marzo aún no ha colapsado, de la sanidad es posible que fuese inevitable, pero hasta las retiradas militares hay que hacerlas de forma ordenada o se termina en desbandada y catástrofe. En cumplir esa tarea preventiva se ha desperdiciado un mes porque la lógica partidista impera incontestable en este sistema liberal; si algo ha fracasado desde el primer momento no ha sido tal o cual partido, que también, sino el sistema. Un sistema perverso que hace que sea imposible salir del egoísmo partidista para centrarse en la eficacia, en la eficiencia, en la responsabilidad, en definitiva, como decía, en el bien común por encima de partidos y caudillajes.
A eso súmenle un presidente con un ego más grande que El Escorial, un comunista demagogo y una pandemia global. ¿Que podría salir mal?
Situaciones como esta marcan a las claras las limitaciones e incoherencias de la partitocracia.
También hemos tenido, con toda la legitimidad, importantes argumentos jurídicos que cuestionan no ya el oportunismo o no de las medidas si no su forma que en leyes importa tanto como el fondo. No es un tema menor, pero tampoco se puede negar la excepcionalidad y bisoñez del sistema legal para gestionar unos acontecimientos como los que vivimos. También aquí podemos hablar de irresponsabilidad, de falta de previsión y en concreto de falta de rigor.
Entiendo todas estas cuestiones, es más, algunas las comparto, y no solo eso, sino que las guardo en el debe de este gobierno tan social y tan paritario, en definitiva tan de postureo y selfie. Sin embargo y a pesar de todo hoy no nos queda más remedio que ser obedientes, no por nuestros políticos que han demostrado su idiocia y su mortal sectarismo (literalmente) sino por todos esos sanitarios, policías, guardias civiles, por la UME y tantos otros que sí han estado y están a la altura. Todos los días, no solo cuando hay elecciones.
Tiempo habrá de ajustar cuentas y pedir responsabilidades, políticas, judiciales y hasta espirituales si fuese el caso. Pero hoy no. Hoy toca demostrar responsabilidad y sentido cívico. Hoy toca quedarse en casa. Hoy #yomequedoencasa y por favor te pido a tí que hagas lo mismo.
Sergio Benito